
Cada vez que avanza el tiempo aparecen nuevas generaciones, personas que cambian la forma de vida, que cambian la forma de pensar y de sentir, cambian la sangre, esa sangre nueva que fluye en personas que comienzan a marcar un nuevo camino, la nueva senda que tiene que marcar el pensamiento para surgir con fuerza, una juventud que no le teme al fracaso y que no se emboba con el éxito. Esas personas somos nosotros, hay que asumir que nosotros somos el cambio de verdad, nosotros somos la nueva sangre.
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